la hepatitis C es una enfermedad que tiene cura, y cuyo principal enemigo siempre ha sido la falta de un diagnóstico precoz, puesto que si esta patología afecta alrededor de unos 700.000 españoles, más del 50 por ciento de ellos no lo sabe. Cuando la enfermedad está en estado avanzado, la respuesta al tratamiento disminuye bastante, y alrededor de un 30 por ciento de los enfermos degeneran en una hepatitis crónica que puede acabar en cirrosis o en cáncer de hígado. El tratamiento, que hasta ahora estaba compuesto por interferón pegilado alfa y ribavirina, obtiene muy buenos resultados en los pacientes con genotipo 2 ó 3, pero sólo obtenía un 40 por ciento de curación en pacientes con genotipo 1, el más común en España.
Estas cifras van a cambiar gracias a la nueva triple terapia, basada en la inclusión de inhibidores de la proteasa en el tratamiento de los pacientes con genotipo 1. Para poder explicar los cambios que va a suponer este avance en la hepatitis C, se reunía un foro de expertos en la ciudad de Jerez de la Frontera para hablar de la “Hepatitis C, rompiendo el silencio”, seminario patrocinado por Janssen.
Según datos aportados por Manuel Romero, responsable de la Unidad Médico-quirúrgica de Enfermedades Digestivas en el Hospital Nuestra Señora de Valme de Sevilla, con estos nuevos fármacos, “existe un 31 por ciento de incremento en las posibilidades de curación”. De manera que, si hasta ahora, los pacientes con genotipo 1 tenían alrededor de un 40 por ciento de éxito, ahora se hablaría de un 75 por ciento de casos de curación. Esta cifra se asigna a los nuevos pacientes, y también a los pacientes que han resultado fallidos de otros tratamientos pasados, ya que según Romero, “la llegada de la triple terapia permite curar al 85 por ciento de los pacientes recaedores”.
Explicaba más en profundidad los beneficios de este nuevo tratamiento Rafael Esteban, jefe de servicio de Hepatología del Hospital Vall d’Hebrón de Barcelona. “Se va a acortar el tiempo de tratamiento de 11 meses a 6 meses en el 50 por ciento de los pacientes”, explicaba al respecto de esta nueva medicación, aún no disponible puesto que está pendiente del registro a nivel nacional en nuestro país, por lo que Esteban instaba a las autoridades a agilizar el proceso. Si bien al acortarse el tiempo de tratamiento, disminuye la posibilidad de efectos adversos, la inclusión de los inhibidores hace aparecer en el paciente nuevos efectos secundarios como una mayor incidencia de anemia, exantema -lesiones rojizas en la piel- y la alteración en el gusto para identificar el sabor de los alimentos. Todo ello, tal y como explicaba Esteban, son efectos manejables, que provocan la interrupción del tratamiento en cifras mínimas.
**Publicado en "EL MEDICO INTERACTIVO"
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