Hace ahora diez años la Federación Australiana de Fútbol (FFA) tomó la postura de cambiarse de Confederación para poder crecer y ser más competitiva. Dejó así de enfrentarse a sus vecinos oceánicos, ante los que no encontraba oposición, y comenzó a hacerlo ante los más duros asiáticos. Con la venia de la FIFA, pasó de Oceanía a Asia.
Fruto de aquel trasvase los socceroos han protagonizado un gran crecimiento a nivel futbolístico y ahora centran sus fuerzas en poder albergar de manera triunfal una Copa de Asia que se disputará desde hoy hasta el día 31. Será, de este modo, la primera vez que el torneo de selecciones más importante de Asia se juegue fuera de Asia. Una excentricidad.
Otro punto llamativo con respecto a ediciones anteriores será el debut de Palestina. La FIFA reconoce desde 1998 al Estado Palestino y le permite jugar como selección propia, pese a que su liga está dividida en dos (Gaza y Cisjordania) como consecuencia del conflicto que vive con Israel. Lo que nunca había ocurrido es que los palestinos se hubieran metido entre los mejores. Por eso sin duda su debut del domingo ante Japón será un acontecimiento histórico en el fútbol.
Opciones. En lo que se refiere a los favoritos habría que situar entre los destacados a la anfitriona Australia, la incansable Corea del Sur y la actual campeona Japón. Los japoneses de Javier Aguirre lucirán a todas sus estrellas (Kagawa, Honda, Okazaki, Nagatomo...) en busca de revalidar el título. Únicamente los iraníes de Osasuna Nekounam y Ansarifard representarán a la Liga en una Copa de Asia que se juega en Australia, ni siquiera en Asia, pero cuyos partidos llegarán a Europa a través de Eurosport. El torneo lo merece.
**Publicado en AS
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